lunes, 13 de agosto de 2018

Antes de Gone Girl.... Heridas Abiertas - Gillian Flynn.

Hay un chiste de Mafalda que me gusta mucho, en el que ella dice "siempre se dijo que una madre es todo, pero nunca se dijo todo lo TODO que puede llegar a ser una madre, en alusión a una conversación que escuchaba donde una mujer no paraba de atosigar a su hijito dándole indicaciones en la playa. De esta frase me acordé muchísimo mientras leía esta novela de Gillian Flynn, la autora del libro Gone Girl, cuya adaptación cinematográfica fue un éxito de taquilla protagonizada por Ben Affleck.


Mucho antes de alcanzar el éxito con Gone Girl, Gillian debutó como escritora con esta novela que fue publicada en 2006. La protagonista es Camille Preaker, una periodista de un diario de poca monta en Chicago, que se ve forzada a volver a su ciudad natal de la cual había huido mas de diez años antes, para cubrir una serie de asesinatos de niñas pequeñas.

Regresar a sitio donde se había criado, Wind Gap,  significaba volver a ver a todos sus demonios: antiguas compañeras de instituto, su odiosa madre con su insípido marido, y su detestable media hermana. Ya sólo con eso el panorama no era alentador. Pero hay que sumar que Camille lleva consigo sus propios demonios personales que la acosan día y noche, y cuya influencia aumenta cuando esta en su casa natal, donde vio morir a su hermana Marian tantos años atrás y nunca lo superó.

Comienza a buscar información entre los lugareños y oficiales asignados al caso para poder armar su artículo, pero la población local no está nada dispuesta a dejar salir sus trapos al sol, poniendo siempre por delante el cuidado de la imagen local de pueblo tranquilo y la opinión pública antes de intentar descubrir un asesino suelto entre ellas. Así, los buenos vecinos de Wind Gap comentan a viva voz lo extraño que resultan estos hechos en un pueblo tan tranquilo y lleno de ciudadanos decentes, mientras que en privado se destripan los unos a los otros, todos son sospechosos -en especial aquellos que no hayan vivido en el pueblo desde siempre- y no hay quien se libre de que le saquen el cuero. Pueblo chico infierno grande reza el dicho, y aquí se respiraba el ansia por encontrar un chivo expiatorio.

Camille pronto descubrirá que su mejor opción para obtener información, será fingiendo ser una hija prodiga que vuelve al nido en busca de reanudar sus lazos con quienes dejó atrás hace tanto años. Volviendo a despiertan en ella viejos dolores enterrados y pesadillas de su infancia que no dejan de perseguirla. Descubrirá que la verdad está mucho mas cerca y es mucho mas siniestra de lo que pensó. 

Lo que mas me impactó de esta novela, es el rol fundamental que juegan las madres en nuestras vidas. Lo importantes que resultan en nuestro desarrollo. Pueden o bien impulsarnos a ser la mejor versión de nosotros mismos, o bien marcarnos de tal forma que jamas seremos seres completos y así podríamos andar, eternamente rotos y sin saber qué hicimos para merecerlo. La relación conflictiva entre Camille y su madre deja en claro estas situaciones.

Con un inicio lento, cuesta un poco engancharse, pero una vez que la trama toma dinamismo te atrapa. Super siniestra y muy retorcida, esta autora realmente me dejó pensando si no habrá tenido algún trauma de donde salieron todas estas ideas. El final tiene un giro inesperado y muy bueno. Una muy buena opción para alguien que busca un poco de misterio y novela negra. 

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